Es fundamental un vínculo entre género, equidad social y cambio climático, para lograr un futuro sostenible.
Las mujeres y niñas sufren más el impacto de la crisis climática, ya que esto amplifica las desigualdades de género existentes. A nivel internacional, las mujeres dependen más de los recursos naturales y asumen una responsabilidad desproporcionada como encargadas de asegurar el suministro de comida, agua y energía.
Las mujeres desempeñan un papel clave en la gestión, conservación, explotación y aprovechamiento de los recursos naturales como consumidoras y educadoras. Por ejemplo, en las zonas rurales, las mujeres son las principales productoras agrícolas y existe un gran porcentaje que ellas que no tienen un ingreso propio. Así mismo, realizan actividades como la recolección de leña y el acarreo de agua. Por esta razón, es imprescindible que este sector lidere y dirija las soluciones de mitigación de cambio climático.
Para un desarrollo sostenible equitativo, será necesario mejorar la inserción de las mujeres en el trabajo, permitiendo que tengan una mayor autonomía económica. Además, se debe incluir a las mujeres en los procesos de desarrollo, asesorías, diseño y la implementación de políticas. También, se debe considerar su acceso a créditos, capacitación, tecnología, derechos de propiedad y patentes.
Para ello, el Objetivo de Desarrollo Sostenible establece “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Así mismo, se acepta y reconoce que la igualdad de género no es un derecho humano sino la base de la sustentabilidad.
Fotografía: Mark Sivewright / Unsplash